
Crecer y desarrollarse como seres humanos avanzando por el camino de la autorrealización comprende a la vez una dimensión científica basada en los conocimientos actuales del funcionamiento de nuestro cerebro, así como un profundo aspecto espiritual que no podemos obviar.
Podría decirse que ciencia y espiritualidad son como las dos alas de un pájaro, sin las cuales, el pájaro, no podrá volar en el cielo.
No cabe duda de que las grandes tradiciones espirituales han realizado aportaciones fundamentales en lo que se refiere a la búsqueda de la felicidad y al bienestar personal. Seguir leyendo